lunes, 28 de marzo de 2011

Empaquetando

Esto se acaba. Sí, ya está. En dos días duermes en casa. En casa, ¿dónde? Porque yo ya había convertido esto en mi hogar y estaba totalmente aclimatada. Ahora a volver con los papis a mi Mallorca querida...

Parece que no quiero volver y en este mismo momento tengo muchas ganas de coger ese avión desde Köln. Seré como el hijo pródigo, todos se alegrarán de verme, seré motivo de encuentros y salidas, tengo todo el mes de abril llena de actividades y un viajecito (no puedo tener el culo parado mucho tiempo en un mismo sitio). Disfrutaré de mi isla querida, que no me había dado cuenta cuánto de "Sa Roqueta" soy hasta que vine aquí.

Pero ¿luego qué? Cuando no solo yo deje de ser la novedad, si no que todo se me vuelva rutina otra vez. ¿Sufriré la temida depresión post-Erasmus? Todos mis amigos se quedan un año, soy la única que vuelve ahora. El maldito facebook será el mensajero de todos los planes que harán sin mi. ¿Me encontrarán substituta? ¿Volveré a verlos? "Por supuesto" es la respuesta de ahora. Pero claro, ¿cuándo?

No estoy triste. Creedme que no. Estoy sufriendo tal estrés por con la mudanza que no me hago a la idea de que me voy. Me he aprendido que cuando me preguntan "¿No te da pena irte?" Tengo que decir, "sí". Luego si puedo reaccionar, le explico lo de más arriba.

Posiblemente el siguiente post sea una carta desde Palma. Pero este blog seguirá contando aventuras que se quedaron como borradores, la futura posible depresión post-Erasmus y todo lo que este relacionado con esta aventura.

No es un Auf Wiedersehen, si no un Tschüss.

lunes, 21 de marzo de 2011

Cosas que echaré de menos (II)

Cuando llegué a Aachen lo pasé muy mal durmiendo, aunque mejor dicho despertándome. Aquí no usan las cortinas como nosotros. O directamente no tienen o las tienen traslúcidas (sobretodo las plantas bajas). Tampoco es muy común ver persianas. Yo no tengo ni una ni otra.

La verdad es que al principio es un gran inconveniente: por una parte entra una luz cegadora que no te permite dormir más allá de las diez de la mañana y por otra das el espectáculo erótico-festivo a tus vecinos cada día. Me acuerdo de los primeros días en los que me hospedé en casa de mi querida Lola, salí de la ducha y al irme a vestir a su cuarto, vi al vecino de delante en la ventana. No sé si me miraba porque no le vi la cara, pero yo me escondí debajo de la mesa y me vestí ahí. Una que puede llegar a ser muy pudorosa... Pero como todo en la vida te acostumbras.

Por una parte, ahora me encanta levantarme con la luz del sol. Es un poco putada cuando sales y estás con la resaca, pero si no tienes que madrugar es la mejor manera para despertarse. Ahora con los días más largos, he llegado a levantarme a las ocho sin despertador.

Si tenemos en cuenta el lado de cero-intimidad, tengo la suerte de que no tengo vecinos en frente y por tanto no he tenido que acostumbrarme a ello. El edificio más cercano (y no está cerca) es uno de la universidad y solo se ven despachos de profesores. Por tanto puedo ir en ropa interior todo el día sin problemas. Eso, o tengo un club de fans. Porque una no será un ángel de Victoria's Secret, pero puede llegar a ser muy sugerente una clase de yoga en braguitas.

Entiendo que la cultura del sol aquí es diferente, y hay que aprovecharlo al máximo. Pero esto solo funciona aquí y lo educados que son los alemanes. Vamos, me imagino alguna vecina mía haciendo guardias vigilando a los demás... O por ejemplo, mi madre cuando vino, se asomaba para ver la decoración de las casas (de verdad que mi madre es única). Tienes que ser alemán para saber vivir y dejar vivir sin cortinas. Yo aún me estoy ganando el pasaporte.

domingo, 20 de marzo de 2011

Cosas que voy a echar de menos (I)

Esto se me acaba. Ya puedo contar con los dedos de la mano los días que me quedan en Aachen. Por eso, ya estoy haciendo acopio de cosas que me quiero llevar a mi casa. Pero hay cosas que son imposibles y es una noche como la de ayer.

Fuimos a celebrar el cumpleaños de Héctor y allí estábamos: españoles, franceses y alemanes. Mezclando inglés con alemán y enseñando la diferencia entre "pero" y "perro". Presumiendo de isla y conociendo calas de Mallorca que desconocía como "Cala Über". Vaya hartón de reír con ése "Cala Über". También fue muy divertido cuando nos preguntaron unos chicos alemanes que habían estado por España, que por qué el "bocadillo con cebolla" llevaba huevo. Nos entraba la risa solo de pensar en un bocadillo de cebolla... Hasta que descubrimos que en realidad era un bocadillo de tortilla de patatas y que en ese bar había con cebolla o sin cebolla.

Noche memorable en la que me reí mucho.

Eso sí, ya estoy más cerca de que me den el pasaporte alemán porque sé abrir las cervezas sin abridor. Y no, no es con los dientes. Me llego a quedar medio año más y me hacen hija adoptiva.

martes, 8 de marzo de 2011

Orión

Acabo de venir de hacerme mi primer tattoo y aún estoy con el subidón. No sabía ni imaginaba el subidón de adrenalina que te da, y eso que mi tatuaje es minúsculo aunque abarca gran parte de mi torso.

Mi constelación de Orión


El porqué Orión, porqué tan disimulado, mezclado entre mis pecas, como si mi piel fuera el cielo estrellado... El momento, la disposición... Todo, todo y todo tiene un motivo. Que no se note, pero que yo sepa que está ahí, el lugar. Es mío, lo he sentido, y es mío. Cinco meses de pensar, imaginar, decidirse.

Me lo ha hecho, mi mejor amiga en Aachen, ya que ella es tatuadora, y era en plan "Si no es ella y ahora, no será nunca". Y ha dolido, pero no. Nada insoportable. Sólo ha habido uno que le dicho "¡WOW!", y es el de más cerca del pecho, encima de las costillas que he sentido como si me estuviera dando directamente sobre el hueso con la aguja.

Y digo primer tattoo porque habrá más, lo sé. Pero vendrán cuando tengan que venir, como ha venido éste.

jueves, 3 de marzo de 2011

Aún me estoy reponiendo de este matador viaje. Seis días fuera de casa. Largas caminatas. Maravillosos museos. Gran compañía. Muchas compras. Muchos recuerdos. Por partes:

El viaje empezó mal. Aún no sabemos cómo, pero no pudimos coger el bus que nos llevaría directos desde Aachen a Bruselas. No sabemos si es que nos equivocamos de sitio, que el bus no vino, pero tuvimos que irnos a la estación a coger un tren. Por ahorrarnos cinco euros y hacerlo "más auténtico" cambiamos un ICE (el AVE alemán) por un regional sacado de las pelis del Oeste. En realidad fue un gran comienzo.



El primer día en Bruselas paseamos y paseamos. Grand Place, Manneken Pis y todo lo que incluye el pack turístico. Que por cierto, había tantos españoles que parecía que los belgas eran los turistas. Y a las ocho a dormir del reventón. Al día siguiente, una breve visita al Museo del Comic que es mucho más recomendable por el edificio, una antigua fábrica novecentista, que por lo ahí expuesto. Eso sí, me compré mi llavero con el cohete de Tintin, que por si alguien no lo sabía, es belga.

Y llegó la gran noche. En el Delirium Cafe. Ya conocíamos la Delirium Tremens, y es una de mis cervezas favoritas, así que el lugar de marcha estaba fijado. Y no nos defraudó. Al contrario nos sedujo de tal manera que pasamos ahí más de 4 horas, bebiendo y charlando, conociendo más Erasmus. Lo bueno de la Delirium es que tiene más grados que una cerveza normal (8'5º contra los 3º- 4º) y la cogorza fue impresionante. Grandes frases quedarán a la posteridad como "¡Melenas! Ven.", el robatorio de la acera de Bruselas o la reorganización de las señales de la capital europea.




Claro, la resaca del día siguiente fue del mismo modo, impresionante y el Atonium lo vimos... De aquella manera... Encima calculamos mal el tiempo y por poco perdemos el bus que nos llevaría a Amsterdam. Como ahí pasábamos más tiempo, nos quedamos haciendo la noche en el hostal reposando para darlo todo al día siguiente.

Estoy muy contenta con todo lo que hicimos en Amsterdam, porque CLARO que fumamos, pero es que vimos muchos museos y mucho pateo de la ciudad. Ir a esa gran ciudad y sólo quedarse en el tema de los porros me parece insultarla, ya que me parece una de las ciudades más bonitas del mundo. Además de la vida que tiene con sus bicicletas.

Museos que destaco:
Museo y casa de Rembrandt, por la suerte que tuvimos de toparnos con una demostración de como hacía los grabados a manos de un hombre muy atractivo. Sí, lo siento, pero ese hombre era un aliciente para escuchar más atentamente. Además de que el hecho de que esté ubicado en la misma casa de Rembrandt lo hace mucho más interesante.

Museo de van Gogh, por descubrirme mi cuadro favorito del pelirrojo "Almendro en flor". Porque aparte de tener grandes cuadros del artista, está dividido por épocas y puedes ver su trayectoria. Autores predecesores, contemporáneos y sucesores. Volvimos a tener suerte, y pudimos ver una exposición de Picasso, de sus años en Paris. Recomendadísima.

FOAM, y la exposición de Eugene Smith. Impresionante la serie de "Spanish Village" y la conocidísima fotografía de los tres guardia civiles.

Las tardes nos relajábamos en los coffee shops. Yo nunca antes había fumado más que una calada una vez, así que miedo me daba que me sentara mal. Pero no fue así. La primera vez mi amiga del pelo lila confundió "panorámico" con "paranoico" y al intentar corregirle se me trababa la lengua que fui incapaz de decir nada más que "par... par...". Y esa risa tonta que se te pone y no se te quita... Fue muy divertido. Aunque para el colocón tonto, el del "space cake"... Aviso, si os dicen que lo comáis poco a poco, comerlo poco a poco en tiempo, no como nosotras que nos lo comimos poco a poco pero todo seguido... Qué paranoias...

Para rematar los días triunfales, encontré mi tienda favorita, Monki y me gasté lo que no está escrito, pero me da igual.

Y así llegamos al tren que nos llevó de vuelta a Aachen. Aquí una imagen vale más que mil palabras.


Ya estamos pensando en volver.

viernes, 25 de febrero de 2011

Bipolar

Quiero volver. No quiero volver. Quiero volver. No quiero volver. Quiero volver. No quiero volver. Quiero volver. No quiero volver. Quiero volver. No quiero volver. Quiero volver. No quiero volver. Quiero volver. No quiero volver. Quiero volver. No quiero volver. Quiero volver. No quiero volver. Quiero volver. No quiero volver. Quiero volver. No quiero volver. Quiero volver. No quiero volver. Quiero volver. No quiero volver. Quiero volver. No quiero volver. Quiero volver. No quiero volver. Quiero volver. No quiero volver. Quiero volver. No quiero volver. Quiero volver. No quiero volver. Quiero volver. No quiero volver. Quiero volver. No quiero volver.

Así me encuentro yo a casi un mes de volver a casa. Depende con que pie me levante, hay días que me quiero ir ya para casa y descansar de esta gran aventura. Pero hay días que me ataría a un árbol a lo Tita Cervera.

Porque volver a casa no pinta mal: buen tiempo, acabar la carrera, reecontrarme a mi gente querida. Volvería bajo la vigilancia de mis padres, pero vengo dispuesta a reclamar la libertad e independencia que me corresponde con 24 años.

Pero esto es tan genial... Tengo mi independencia, que es una de las cosas que más valoro. La ciudad... No sé cuántas veces voy a decir lo que me gusta. Estoy en un punto del alemán que con dos meses o tres tendría un nivel útil. Quiero viajar mucho más. Y los amigos, obviamente.

Pero quiero volver... Pero quiero quedarme... Mejor disfruto de lo que me queda y ya.

martes, 22 de febrero de 2011

El triángulo


Ver mapa más grande

A partir del viernes estaré en un mini Europe-trip con meine liebe Lola und mein liebe Jesús. Tengo muchas ganas de este viaje y conocer al fin Bruselas y Amsterdam. Son dos ciudades que hacía tiempo que quería visitar, y aprovechando que Aachen está en el corazón de Europa, lo hace mucho más fácil.

Manneken pis y ¡el Atonium! El museo del cómic y la cervecería de la Delirium Tremens. La Grand Place de noche y el Arco del Triunfo. Canales y museo de Van Gogh. Rembrandt y el Pytonbrug. El Barrio Rojo y más canales.

Ich kann nicht warten! (¡No puedo esperar!)

Karneval pilingui

A finales de la semana que viene empieza el Carnaval en Köln. Según nos han contado, son unos cuatro días de fiesta non-stop en que la gente se desmadra de sobremanera. Hay mucha expectación con esta fiesta, así que ya veremos como acaba.

La cuestión ahora es buscarse un buen disfraz. No es para nada sencillo. Hay que tener varios factores en cuenta y dos son directamente opuestos. Estamos hablando de ir mona/original y no pasar frío, ya que la fiesta aunque es durante el día, podemos estar fácilmente a -4º como hoy.

Ayer, Jesús y yo fuimos a investigar. Todos los disfraces que vimos de tías eran de pilinguis: pirata pilingui, enfermera pilingui, marinera pilingui, y todo lo que querías imaginar en su versión pilingui. Y no era un sex-shop. Todo el mundo sabe que las fiestas de disfraces son para vestirse de pilingui. Todos y todas lo tenemos asumido. Mi problema no es ése, mi problema son los -4º y las más que posibles amigdalitis del día siguiente.

La otra opción son unos monos de cuerpo entero de animales tipo oso panda, conejito, borrego... Calentito y mucho cachondeo. Pero son caros. Al menos para mi economía erasmusina.

Así que tengo unos pocos días para pensar en un disfraz caliente y barato. Aunque visto lo visto, me tenía que haber comprado el abrigo de pelo de leopardo y una peluca rosa, y así hubiera ido de pilingui directamente, mucho más auténtica, dónde vamos a parar...

miércoles, 16 de febrero de 2011

Maria Mamada

Ayer fue la noche de las mamadas. Sí, suena... Suena como suena, pero no creo que haya ningún otro apelativo mejor para la noche de ayer. Por tres razones:

- Llegamos al bar y una amiga se pone a gritar: "Barra libre de mamadas", y se gira hacia nosotros, "Si total da igual, si no nos entienden". Aunque aquí hay mucha gente que entiende español, se ve que no había nadie esa noche. Hay que saber estar en el momento y sitio adecuado. Y no nos olvidemos de la importancia de los idiomas.

- Nos estuvimos partiendo de una amiga de un amigo porque la pobre tiene como apellido Mamadá. Y no se dió cuenta de lo que significaba su apellido hasta que se fue de viaje a Barcelona... Pobre...

- Una amiga, se inventó una nueva bebida en nuestro bar favorito: Maria Mamada (debido a la anécdota anterior). Cerveza de trigo, maracuyá y gin. Si un día estáis por Aachen, y vais al Like Like, no dudéis de pedir un Maria Mamada.

Si ya hubiera estado la no-mames...

martes, 15 de febrero de 2011

El misterio de la sacarina

Hará unas dos o tres semanas me desapareció la sacarina (líquida) en mi cuarto. No sería de vital importancia si no fuera de esas persona que consumen una media de 3-4 tés al día, más los cafés instantáneos a los que me he acostumbrado aquí. También sería normal si no fuera porque mi cuarto debe hacer unos 18 m2, siendo generosa. Y más si sólo la movía de la mesa del escritorio a la estantería dónde guardo la comida. Pero desapareció de un día para otro. Y yo me quedé sin tomar mi té de las buenas noches. En plena época de exámenes. Un drama.

El caso es que a la mañana siguiente, cuando fui a abrir la tapa del portátil, dentro de éste se encontraba un pelo de negro*: negro, corto y extremadamente rizado. Podría entender encontrármelo encima de la mesa, porque al compartir ducha con mis compañeros de piso, se podría haber enganchado en la toalla o batín. ¿Pero en el portátil con la tapa bajada?

Entonces yo que tengo mucho tiempo libre para pensar tonterías junté esos dos hechos y pensé: "El negro me ha robado la sacarina". ¿Por qué? Yo que sé, pregúntale a él.

Claro, no era sólo por la sacarina, si no que el hecho de que entraran en mi cuarto me estaba volviendo loca. ¿Qué hacer? ¡¿Qué hacer?!

Con suerte, esta última semana estuve muy distraída con otras cosas y se me fue de la cabeza. Y entonces ayer noché... Encontré la maldita sacarina. Justo delante de mis narices todo ese tiempo: en un cajón de estos de tela del ikea donde pongo los bolis, horquillas, y lo que me voy encontrando. Y sí, la sacarina también. Dos semanas buscándola, y eso que sobresalía del cajón.

Así que la moraleja es: se me va mucho la olla en épocas de estrés.

*Sé que queda feo llamarle negro por aquí, negro por allá, pero es una manera de referirme a él, sin ninguna mala intención. Si fuera rubio, lo llamará "el rubio", y aquí no pasaría nada.

viernes, 4 de febrero de 2011

Tic-tac

La teoría de la relatividad le vino a la mente a Einstein mientras estaba de Erasmus. Estoy convencida. Nunca en otro sitio había sido tan cierto lo de "el tiempo es relativo". El tiempo aquí se acorta o estira como si fuera un chicle: un día puede ser tan intenso como una semana, y a la vez pasa tan rápido como si fuera una hora.

Me doy cuenta de esto, sobretodo cuando hablo con mis padres. Me suelen decir muchas veces "qué haces que no sabemos nada de ti", a lo que yo les contesto "pero si hablamos ayer", cuando en realidad han pasado tres días. Y ni me he dado cuenta.

Por otra parte, cuando les cuento algo a mis amigos de Aachen, suelo decir "¿sabéis qué me pasó el jueves?", y me dicen "¿ayer?", tengo que pensar que aquello que me parece tan lejano, porque se acumula a muchas otras, fue el día anterior.

Ahora que me queda menos de dos meses para irme, quiero aprovechar bien el tiempo y poder cumplir todo lo que tenemos escrito en la "Aachenda" (léase, "agenda" y de ahí la gracia del chiste). Pero sé que volveré a Palma y diré "¿ya?".

domingo, 30 de enero de 2011

Sobre compañeros de piso

Donde vivo aquí en Aachen, es una mezcla entre piso y residencia. Es una finca de pisos, pero la última planta la compartimos varios estudiantes, cada uno con su habiatción y cocina, pero baño común. La verdad es que vivo bien aquí. Tiene algunas incomodidades, pero tras cuatro meses ya estoy acostumbrada.

Lo gracioso es que tras este tiempo apenas conozco mis compañeros. Como ya conté, muchos son aún puertas que se abren y se cierran. En parte me da pena no conocerlos, pero la verdad es que vivo mucho más tranquila así.

El primer mes que llegué, mi cuarto sólo era aquel lugar dónde dormir la mona y pasar la resaca. Noviembre fue el mes de las visitas, y diciembre me piré yo. Vamos, que en realidad he pasado poco tiempo provechoso en mi cuarto. Ha sido ahora al volver de Navidad, en que paso mucho tiempo en la habitación (estudiando, you know). Soy muy sociable, pero cuando estoy en casa, me gusta estar a solas y tranquila. No me apetece estar en mi cuarto, y que alguien porque se aburre venga a darme el tostón. Si me aburro yo, tengo gente a la que ir a buscar. Por eso no los conozco.

Cuando llegué éramos cinco chicos, la macedonia guapa y yo. Pero mi compañera se fue a mediados de diciembre cansada de que uno de ellos la acosara, y ahora vivo con seis chicos. La tónica de mi vida, ser la Pitufina, siempre rodeada de tíos.

Al que conozco más es al encargado. Es el que "manda" y el que tiene contacto directo con el casero. Al principio chocamos un poco, pero poco a poco se está haciendo más sociable. Es el que acosó a mi amiga. Tras ofrecerse a ayudarme a cambiar el fluorescente de mi cuarto (como si yo no supiera hacer de manitas) y alabarme mi nuevo pelo, espero no convertirme en su nueva obsesión. Yo le seguiré llamando "Negro cabrón", por cortarme internet a las 3 de la mañana.

Delante mía vive un mexicano. Es con el único que tengo un poco de trato. Cuando llegué, fue el único que se presentó y parece majo. Me lo encuentro mucho por la calle y creo que me podría caer bien, pero no quiero tener trato. Lo siento.

Hay tres chicos, un vietnamita, un senegalés y otro que ni siquiera sé de dónde es a los que he visto en contadas ocasiones. Y eso que uno de ellos es mi compañero pared con pared. Pero yo no sé que vida llevan que ni los oigo ni me los cruzo. Mejor.

Y luego está el pesado de los cojones. Creo que también es de Senegal. No sé por qué tiene el microondas en el pasillo encima de su nevera. Con lo cual, nosotros también nos tenemos que comer sus ruidos. Cuando cocina, es el único que abre la puerta de su cuarto, apestando todo el pasillo. Y los domingos por la mañana le da por tocar con su guitarra. Se debe creer Jimi Hendrix, porque también deja la puerta abierta. ¡Pesado! Yo no seré sociable, pero si me cruzo con uno de ellos, lo saludo. Pues éste no. Y me mira mal. Además de tener una risa irritable... Arschloch.

Si me fuera a quedar todo el año, me hubiera cambiado, a un piso con alemanes. Pero ya que me quedan menos de dos meses, es tontería. Además que el piso y su situación me gusta. Viva la república independiente de mi casa.

jueves, 27 de enero de 2011

ohne Gurke bitte

¿Qué es lo peor que te puede pasar gastronomicamente hablando cuando vives fuera? Que algo que odies con todas tus fuerzas sea ingrediente principal en casi todas las comidas del lugar. Y a mi me ha pasado. Odio el Gurke (pepino).

En casa jamás lo como, sólo sirve para hacer mascarillas para la piel. Nada más. Su sabor enmascara todo cuanto ingrediente toque. Dejas de comer una ensalada con lechuga, tomate, o lo que le quieras poner. Sólo sabrá a pepino.

Pero aquí es un ingrediente muy común y te lo encuentras en todo. Bocadillos, kebabs, ensaladas... En toda la comida típica estudiantil, salvo, creo, que en las pizzas. Y menos mal. Al principio sólo me lamentaba a mis compañeros, retiraba el que podía, pero procuraba comérmelo todo como mi madre me enseñó bien.

Hasta que me he hartado y he descubierto tres palabras mágicas "ohne Gurke, bitte" (sin pepino, por favor). Que tampoco era tan difícil pensaréis. No, claro que no. Pero una se cansa de estar alerta de que el malvado pepino aparezca a entoxicar toda cuanta comida pidas en un restaurante. Y nunca sabes por dónde va a atacar. Como en España se podría decir que es un espacio libre de pepinos... O al menos no es tan común. Aquí lo invade todo.

Podría haberme ganado muchas bromas a costa de esto, pero me he librado. Así que me despido reiterándome: Odio el pepino.

viernes, 21 de enero de 2011

Weiss Aachen

Hoy me he despertado con la noticia de que en Mallorca estaba nevando. Obviamente no tiene nada que ver con las nevadas que pegan por aquí. Y tampoco entiendo la gracia que le hace a la gente. Para mi cualquier paisaje mejor con un sol brillante y un cielo azul, no una capa de manto blanco...
Pero para los que quieran ver más nieve, les dejo cuatro fotos de la última nevada que duró tres semanas. Me da frío sólo de verlas.



jueves, 20 de enero de 2011

La no-mames

Estar de Erasmus representa conocer mucha gente. Muchísima. Gente que te llevarás para toda la vida, gente a la que recordarás con gran cariño y gente con la que te partirás recordando. Y una de ellas es la "no-mames".

Esta chica la conocí a través de uno de los que me quiero llevar para siempre y desde el primer momento fue incómodo hablar con ella. No porque fuera antipática, o estúpida, si no porque está muy salida. A los cinco minutos de estar con ella ya me dijo "No te eches novio alemán, que tendrás que hacerlo todo tú en la cama". Mmm. ¿Gracias por el consejo?

No me considero una mojigata, pero sinceramente con una persona a la que acabo de conocer y a las cinco de la tarde esperando el bus después de una clase de alemán, el sexo no es mi tema favorito de conversación. Pero obviamente no acabó ahí la conversación. Nos empezó a dar detalles y soltó una linda frase que nos marcó: "y es que se quedan ahí con la picha parada y no hacen nada". Vamos, que me alegré muchísimo estar en Alemania y que nadie nos entendiera.

Al tener que verla cada día en la academia, dio lugar a más conversaciones de este tipo. Otra frase célebre fue "porque lo que una mujer quiere de verdad es que un hombre le sude la frente". Vamos, que se notaba que tenía una vida sexual plena y activa hacía tiempo...

Pero cuando se llevó la palma y de ahí su mote fue cuando soltó "Como decimos allá en México, "no mames wei", a lo que yo siempre respondo: pues como que no, claro que sí y además lo hago muy bien". Yo me quedé como si no lo hubiera oído bien, y cuando se fue, tuve que comprobar con los otros chicos había soltado lo que había soltado.

A partir de ahí, la fuimos evitando. No sólo es porque hable de sexo, si no porque la verdad es que es agotadora y encontrársela es aguantar un monólogo suyo y tú poner cara de "oh qué interesante", cuando por el rabillo del ojo buscas cómo escapar.

Pobrecita, ya ha captado que no es santo de nuestra devoción, ya que ahora solo nos concede un "hola" por el pasillo. Y se lo agradezco. Pero sus "perlas" me las guardo para cualquier conversación que salga y echarme unas risas. En el fondo la echaré de menos. No.

lunes, 17 de enero de 2011

Cómo ligar con un alemán en Alemania

Bienvenidos a mi primer post didáctico. Hoy os enseñaré cómo ligar con un alemán en Alemania. Remarco en Alemania, porque de todos es sabido en nivel de descontrol que adquieren estos en costas españolas y allí son capaces de todo (conocida es su afición por tan respetable deporte como el "balconing").

Tras meses de observación de la fauna autóctona, al fin, ayer descubrimos cómo se liga con los germanos:

Lo primero que observamos fue que las chicas aquí son muy lanzadas, miran descaradamente y en seguida vienen a hablar. Al conversar con nuestros chicos, nosotras pasábamos a ser maceteros. No había día en que mis amigos no ligaran con alguna. En cambio a nosotras, ningún alemán se nos acercaba. Pero sí turcos, holandeses, italianos, españoles... Así que algún problema había. Había algo que se nos escapaba. Gracias a que ayer nuestro nivel de alcohol en sangre no era tan elevado como en las otras ocasiones (y no por no intentarlo), pudimos observar y llegar a la conclusión de que el secreto para ligar con un alemán no es otro que:

Mantener la mirada.

Parece una tontería, pero como son tan cuadriculados, esto funciona como el 2 + 2 = 4. Pongámonos en situación: discoteca, bailando en la pista, y se te acerca un tío por el flanco.

- En España, tú lo ves, decides si va a tener suerte o no, y él cuando puede te ataca. Rondará varias canciones, frotándose, intentará demostrarte lo simpático y ocurrente que es. Da igual que pases de él y hagas como si no existe. Él, ha decidido probar suerte contigo y lo va a intentar. Cueste lo que cueste (el cubata).

- En Alemania, se te acerca y entonces si pasas completamente de él, no abrirá la boca. Ni te rozará ni se te pondrá a bailar contigo a ver si caes. No. No lo intentará ni una sola vez. Se mantendrá a una distancia prudente dejando claro a los demás que lo va a intentar contigo, pero que si no quieres, ni te enteras que está ahí. Ahora, como establezcas contacto visual, tiene vía libre. Basta una mirada de más de dos segundos y despliegan su plan de ataque. Pero aquí también son especiales. No irán a buscar los comentarios picantes y con doble sentido. En lugar de una discoteca, parece que están tomando café con la amiga de su prima que le han dicho que es muy mona y a ver si le gusta. Y tú, que sabes desde el primer minuto si hay que decidir si en su casa o en la tuya, te desesperas al hablar del tiempo de Aachen. Están acostumbrados a que sea la chica la que lleve siempre la iniciativa (en todo), entonces esperan que seas tú que se lo des todo hecho. Y tú, que estás acostumbrada al galán español, pues te quedas sabiendo mucho de meteorología y lo difícil que es aprender alemán (tema muy recurrente también).

Otra cosa que también es diferente es si en el grupo también hay chicos. Los españoles son más valientes, atacan y ya les dirá la chica si está con alguno o directamente recibe torta. Los alemanes, van a los chicos y preguntan primero la relación. Ayer preguntaron si éramos hermanos. ¡Hermanos! Más divertido fue en Holanda, que me preguntaron si mis amigos eran gays. La próxima vez diré que sí.

Resumiendo: si quieres ligar con un alemán, y ya lo tienes por al lado merodeando, tú míralo y prepárate para una buena charla (aunque ya haya rozamiento) y déjate de tonterías. Aquí mandas tú. Si no está cerca, da igual, estarán tan encantados de que les entres, que lo tienes todo hecho.

Método 100% comprobado.

sábado, 15 de enero de 2011

Como en casa

Ya he vuelto a Aachen después de pasar las vacaciones de Navidad por casa. La verdad es que se está bien en casita, ¿eh? He tenido buen tiempo, he disfrutado de los amigos y mucha fiesta. ¿Qué más podía pedir?

Aunque estos días también me ha servido para descubrir lo mucho que me gusta estar Aachen. Alemania es un país que salvo por el clima, es muy cómodo de vivir. Personalmente, me fascina. Pero también es cierto que parte de lo bien que estoy es por la independencia que tengo. Me gusta mucho estar viviendo sola, sin padres que te ven aparecer a las 7 de la mañana y son capaces de echarte la bronca mientras tú, como puedes, te quitas las lentillas. Poder ir al súper y comprar lo que te de la gana. No tener que dar explicaciones a nadie. Y aunque todo esto igualmente lo podré tener sin estar aquí, vivo enamorada de Aachen. Qué se le va a hacer...

Eso sí, la llegada no fue dulce que digamos. Más bien, ha sido el peor viaje que he tenido nunca. Incluso peor que cuando íbamos a Soria de pequeñas, y nos mareábamos en las curvas con sus consecuentes vomitivas...

El caso es que cuando me subí al avión directa a Düsseldorf, al ir apagar mi querida blackberry, pues no estaba en mi bolso. Quince minutos antes la había tenido en mis manos y ahora no había subido conmigo...  No sé si me la olvidé o alguien me la quitó, el caso es que se quedó en territorio nacional... Empezamos bien.

Al llegar, fui a esperar la maleta, y la maleta no llegó. Se fue a hacer un tour Europeo y acabo en no sé qué ciudad. Como diría esta señora "¡Estupendo!". Yo aquí ya no sabía si reír o llorar, así que opté por pensar en que había tenido suerte y así me ahorraba pasear una maleta de 20 kilos por Westfalia.

Pero es que no acaba aquí la cosa. Cuando fui a coger el tren, en lugar de subirme a uno que me llevara a Düsseldorf Hbf (Hauptbahnof) me fui para Duisburg Hbf, que está más lejos... Olé yo, de verdad. Al menos ahí se me acabó la mala suerte del día, ya que en Duisburg encontré un tren directo a Aachen y llegué sobre la hora que tenía prevista. Eso sí, sin maleta. ¡Ah! Y viva el Semester ticket, que si no me hubiera salido muy caro este mini tour.

Al menos cuando llegué, tuve esa agradable sensación de "llegar a casa". Además no hay nieve y no hace frío. Hacia un mes que no me paseaba sin las medias debajo de los pantalones. Me fui a ver a mi estimadísima amiga con el pelo lila, nos compramos cervezas y acabamos viendo "300" a las 4 de la mañana porque queríamos ver tíos buenos.

Ya solo me queda poco más de dos meses en Aachen y ya sé que lo echaré de menos.