jueves, 28 de octubre de 2010

Primer mes

Hoy hace un mes que vine. Ha sido una sorpresa ver que día es hoy porque por una parte digo: ¿Ya ha pasado un mes? Pero por otra: ¿sólo ha pasado un mes?

Y es que aquí no me doy cuenta del paso del tiempo como pasaría estando en casa. Cualquier hecho normal como ir al súper me parece una aventura: encuentra lo que buscas, o al menos que se parezca, descubre cosas nuevas, rezas por no comprar cosas incomibles...

Cambié el carro de San Fernando por mi genial bici y cada día descubro una ruta nueva por la que moverme. Y lo hago más que nada para evitar los adoquines del centro que hacen que me retumbe el cerebro y que se salga la cadena de mi pequeña. Es que la pobre es de 16ª mano (o robada) y como la menees mucho...

Conozco a gente nueva casi cada día, pero a parte de mi grupo estable de amigos españoles, les tenemos un poco de fobia a los demás compatriotas ya que no queremos encerrarnos entre nosotros. En cambio, tenemos la suerte que algunos de nosotros viven con alemanes a los que parecemos divertidos, y compartimos cenas y charlas dignas del parlamento europeo mezclando inglés, alemán y castellano con algunas gotas de mallorquín.

Y ha sido en esas charlas (y en todas dónde la situación se propicie) que he descubierto la absoluta adoración que tienen los alemanes por Mallorca. Todos obviamente saben dónde está, muy bonita es lo primero que dicen pero sorprendentemente no todos han estado. Sí, por desgracia aún quedan muchos alemanes por venir. Se desgastará la isla antes.

Cada día estoy más a gusto. Y sé que los cinco meses que me quedan pasarán igual de rápidos e intensos. No sé si alegrarme o entristecerme.

miércoles, 20 de octubre de 2010

De piso, anginas, bicis y granizadas

Llevo ya más tres semanas en Aachen y parece que me he olvidado de este blog. No es así, pero eso de que "no tengo tiempo para postear" nunca había sido tan cierto.

Desde la última entrada se puede decir que ha cambiado todo:
Desde día 4 tengo mi habitación y poco a poco se está convirtiendo en hogar. No está lejos del centro, vivo cerca de mi amiga y tengo todo lo necesario a mano. Es una buhardilla, bastante grande y comparto baño y ducha. Aún no conozco a todos mis compañeros, porque no sé si soy yo la que tiene horarios extraños o ellos, pero por ahora mis compis son sólo puertas que se cierran por la mañana.

Pasé la semana anterior mis primeras anginas sola fuera de casa. Estuve bastante mal, con fiebre y tomando antibióticos. Mis amigos se portaron muy bien, y me trajeron comida y cocinaron por mi cuando yo estaba a punto de ebullición. Ya todo pasó.

Me siento totalmente integrada ya en la dinámica de la ciudad gracias a mi bici a la que adoro, y hasta ir a la lavandería con un poco de organización no me parece un suplicio. Todos mis papeles se dirigen a mi como "Frau Lucas" y tengo tarjetas de crédito de mi banco alemán.

La vida universitaria es bastante diferente a España. Aún están haciendo presentaciones, y todavía tengo un mes para ir matriculándome. Así que todavía estoy eligiendo asignaturas y montando mi horario.

Hoy por primera vez me he sentido derrotada por el tiempo de Aachen: de repente, ha empezado a llover muy fuerte y cuando me he querido dar cuenta, granizaba. Me he resguardado en un portal, pero ya era tarde. Estaba completamente calada y caminar era insufrible por el frío. He tenido que volver atrás, cambiarme de ropa y mientras entraba en calor me he acordado del blog. Tendré que acostumbrarme, pero hoy necesitaba volver a por ropa seca. Y más teniendo en mente la semana anterior delirando de fiebre.

Pero me sigue gustando mucho Aaachen.

lunes, 4 de octubre de 2010

Conocimiento básico

A punto de completar mi primera semana en Aachen ya he aprendido varias cosas:

- En Aachen siempre llueve. Esto es así y es así. A veces sale el sol, otras tenemos un día con 24º grados y un solecito buenísimo como hoy, pero siempre acabará lloviendo. Media hora, toda la noche, o intermitentemente, pero la gorra o el paraguas es necesario incluso para salir cinco minutos.

- Come siempre que puedas. La vida del erasmus es improvisación continua. Nunca sabes que plan vas a tener, si te dará tiempo a comer en casa o tendrás que pillar algo por ahí (que qué cosas más ricas). Así que come.

- Los alemanes son raros. Hay de todo, como por todas partes, pero a veces tienen reacciones muy raras. Por ejemplo, mi habitación estaba ocupada por una chica que se cambia de schlafzimmer en el mismo piso, sólo porque en esa ala esta una amiga suya. Pues la casera no le ha dejado ver la nueva habitación hasta dos días antes de cambiarse y a mi cuando me hizo la entrevista, ni siquiera me quedó claro si era seguro para mi o no. Tuve que confirmarlo con mi futura compañera (una macedonia guapísima). O por ejemplo, una de las españolas, al que su tutor en la universidad no quiere tutorizarla... A saber por qué... Tienen reacciones extrañas... Y ya si los ves bailar, es un cachondeo...

Y aquí acaba la primera lección.

viernes, 1 de octubre de 2010

48 horas

Es lo que llevo en mi ciudad por 6 meses y lo que ha tardado en conquistarme. Amo Aachen.

No sabría decir exactamente el motivo, porque me recibió nubosa y aunque apenas he visto el sol y ya me he mojado varias veces bajo la lluvia, pero por algún casual no me importa.

Aachen es una ciudad pequeña al oeste de Alemania pegada a Holanda. Se considera la primera capital de Europa, ya que aquí vivió y murió el Emperador Carlo Magno, y sus restos descansan en la espectacular catedral del centro. Fue la primera ciudad arrasada por los Aliados en la II Guerra Mundial. Su universidad principal la Rheinisch-Westfaelische Technische Hochschule Aachen (RWTH a partir de ahora) a la que voy a asistir dentro de unos días, está considerada como una de las mejores universidades de toda Alemania. Y hasta aquí la parte de cultura de hoy.

Durante estos días me he pateado un poco el centro y he respirado su ambiente (nocturno, en martes) y se respira que es una ciudad muy tranquila donde puedes dejar una bicicleta sin atar, la gente te pregunta de dónde eres al oírte hablar español y te preguntan si quieres entrar en su casa al verte media hora en la calle esperando.Una amabilidad que hacía tiempo que no veía en ningún sitio.

Y como el mundo es un pañuelo, he coincidido con una compañera del instituto aquí a kilómetros de nuestra querida Mallorca, a la cual estaré eternamente agradecida: me hospedo con ella hasta que encontrase casa... Cosa que ocurrió milagrosamente el mismo día al que llegué gracias a ella también. Nadie se cree la suerte que he tenido. Ni yo tampoco, hasta que el domingo noche esté instalada en mein Schlafzimmer.

Si veis la foto del fondo, mi habitación será muy probablemente la buhardilla de más a la izquierda. A veinte minutos del centro andando, diez en bici (próximamente), bien rodeada... No puedo esperar a que llegue el domingo y hacer la mudanza.

Sólo llevo dos días y no podría estar más a gusto. Y aún me quedan tantas cosas: conocer a los demás Erasmus, mi universidad, las fiestas, los alrededores, sus temperaturas bajo cero con nieve en la calle...

Espero escribir muchas cartas desde Aachen tan emocionada como lo estoy ahora mismo.