viernes, 25 de febrero de 2011

Bipolar

Quiero volver. No quiero volver. Quiero volver. No quiero volver. Quiero volver. No quiero volver. Quiero volver. No quiero volver. Quiero volver. No quiero volver. Quiero volver. No quiero volver. Quiero volver. No quiero volver. Quiero volver. No quiero volver. Quiero volver. No quiero volver. Quiero volver. No quiero volver. Quiero volver. No quiero volver. Quiero volver. No quiero volver. Quiero volver. No quiero volver. Quiero volver. No quiero volver. Quiero volver. No quiero volver. Quiero volver. No quiero volver. Quiero volver. No quiero volver. Quiero volver. No quiero volver. Quiero volver. No quiero volver. Quiero volver. No quiero volver.

Así me encuentro yo a casi un mes de volver a casa. Depende con que pie me levante, hay días que me quiero ir ya para casa y descansar de esta gran aventura. Pero hay días que me ataría a un árbol a lo Tita Cervera.

Porque volver a casa no pinta mal: buen tiempo, acabar la carrera, reecontrarme a mi gente querida. Volvería bajo la vigilancia de mis padres, pero vengo dispuesta a reclamar la libertad e independencia que me corresponde con 24 años.

Pero esto es tan genial... Tengo mi independencia, que es una de las cosas que más valoro. La ciudad... No sé cuántas veces voy a decir lo que me gusta. Estoy en un punto del alemán que con dos meses o tres tendría un nivel útil. Quiero viajar mucho más. Y los amigos, obviamente.

Pero quiero volver... Pero quiero quedarme... Mejor disfruto de lo que me queda y ya.

martes, 22 de febrero de 2011

El triángulo


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A partir del viernes estaré en un mini Europe-trip con meine liebe Lola und mein liebe Jesús. Tengo muchas ganas de este viaje y conocer al fin Bruselas y Amsterdam. Son dos ciudades que hacía tiempo que quería visitar, y aprovechando que Aachen está en el corazón de Europa, lo hace mucho más fácil.

Manneken pis y ¡el Atonium! El museo del cómic y la cervecería de la Delirium Tremens. La Grand Place de noche y el Arco del Triunfo. Canales y museo de Van Gogh. Rembrandt y el Pytonbrug. El Barrio Rojo y más canales.

Ich kann nicht warten! (¡No puedo esperar!)

Karneval pilingui

A finales de la semana que viene empieza el Carnaval en Köln. Según nos han contado, son unos cuatro días de fiesta non-stop en que la gente se desmadra de sobremanera. Hay mucha expectación con esta fiesta, así que ya veremos como acaba.

La cuestión ahora es buscarse un buen disfraz. No es para nada sencillo. Hay que tener varios factores en cuenta y dos son directamente opuestos. Estamos hablando de ir mona/original y no pasar frío, ya que la fiesta aunque es durante el día, podemos estar fácilmente a -4º como hoy.

Ayer, Jesús y yo fuimos a investigar. Todos los disfraces que vimos de tías eran de pilinguis: pirata pilingui, enfermera pilingui, marinera pilingui, y todo lo que querías imaginar en su versión pilingui. Y no era un sex-shop. Todo el mundo sabe que las fiestas de disfraces son para vestirse de pilingui. Todos y todas lo tenemos asumido. Mi problema no es ése, mi problema son los -4º y las más que posibles amigdalitis del día siguiente.

La otra opción son unos monos de cuerpo entero de animales tipo oso panda, conejito, borrego... Calentito y mucho cachondeo. Pero son caros. Al menos para mi economía erasmusina.

Así que tengo unos pocos días para pensar en un disfraz caliente y barato. Aunque visto lo visto, me tenía que haber comprado el abrigo de pelo de leopardo y una peluca rosa, y así hubiera ido de pilingui directamente, mucho más auténtica, dónde vamos a parar...

miércoles, 16 de febrero de 2011

Maria Mamada

Ayer fue la noche de las mamadas. Sí, suena... Suena como suena, pero no creo que haya ningún otro apelativo mejor para la noche de ayer. Por tres razones:

- Llegamos al bar y una amiga se pone a gritar: "Barra libre de mamadas", y se gira hacia nosotros, "Si total da igual, si no nos entienden". Aunque aquí hay mucha gente que entiende español, se ve que no había nadie esa noche. Hay que saber estar en el momento y sitio adecuado. Y no nos olvidemos de la importancia de los idiomas.

- Nos estuvimos partiendo de una amiga de un amigo porque la pobre tiene como apellido Mamadá. Y no se dió cuenta de lo que significaba su apellido hasta que se fue de viaje a Barcelona... Pobre...

- Una amiga, se inventó una nueva bebida en nuestro bar favorito: Maria Mamada (debido a la anécdota anterior). Cerveza de trigo, maracuyá y gin. Si un día estáis por Aachen, y vais al Like Like, no dudéis de pedir un Maria Mamada.

Si ya hubiera estado la no-mames...

martes, 15 de febrero de 2011

El misterio de la sacarina

Hará unas dos o tres semanas me desapareció la sacarina (líquida) en mi cuarto. No sería de vital importancia si no fuera de esas persona que consumen una media de 3-4 tés al día, más los cafés instantáneos a los que me he acostumbrado aquí. También sería normal si no fuera porque mi cuarto debe hacer unos 18 m2, siendo generosa. Y más si sólo la movía de la mesa del escritorio a la estantería dónde guardo la comida. Pero desapareció de un día para otro. Y yo me quedé sin tomar mi té de las buenas noches. En plena época de exámenes. Un drama.

El caso es que a la mañana siguiente, cuando fui a abrir la tapa del portátil, dentro de éste se encontraba un pelo de negro*: negro, corto y extremadamente rizado. Podría entender encontrármelo encima de la mesa, porque al compartir ducha con mis compañeros de piso, se podría haber enganchado en la toalla o batín. ¿Pero en el portátil con la tapa bajada?

Entonces yo que tengo mucho tiempo libre para pensar tonterías junté esos dos hechos y pensé: "El negro me ha robado la sacarina". ¿Por qué? Yo que sé, pregúntale a él.

Claro, no era sólo por la sacarina, si no que el hecho de que entraran en mi cuarto me estaba volviendo loca. ¿Qué hacer? ¡¿Qué hacer?!

Con suerte, esta última semana estuve muy distraída con otras cosas y se me fue de la cabeza. Y entonces ayer noché... Encontré la maldita sacarina. Justo delante de mis narices todo ese tiempo: en un cajón de estos de tela del ikea donde pongo los bolis, horquillas, y lo que me voy encontrando. Y sí, la sacarina también. Dos semanas buscándola, y eso que sobresalía del cajón.

Así que la moraleja es: se me va mucho la olla en épocas de estrés.

*Sé que queda feo llamarle negro por aquí, negro por allá, pero es una manera de referirme a él, sin ninguna mala intención. Si fuera rubio, lo llamará "el rubio", y aquí no pasaría nada.

viernes, 4 de febrero de 2011

Tic-tac

La teoría de la relatividad le vino a la mente a Einstein mientras estaba de Erasmus. Estoy convencida. Nunca en otro sitio había sido tan cierto lo de "el tiempo es relativo". El tiempo aquí se acorta o estira como si fuera un chicle: un día puede ser tan intenso como una semana, y a la vez pasa tan rápido como si fuera una hora.

Me doy cuenta de esto, sobretodo cuando hablo con mis padres. Me suelen decir muchas veces "qué haces que no sabemos nada de ti", a lo que yo les contesto "pero si hablamos ayer", cuando en realidad han pasado tres días. Y ni me he dado cuenta.

Por otra parte, cuando les cuento algo a mis amigos de Aachen, suelo decir "¿sabéis qué me pasó el jueves?", y me dicen "¿ayer?", tengo que pensar que aquello que me parece tan lejano, porque se acumula a muchas otras, fue el día anterior.

Ahora que me queda menos de dos meses para irme, quiero aprovechar bien el tiempo y poder cumplir todo lo que tenemos escrito en la "Aachenda" (léase, "agenda" y de ahí la gracia del chiste). Pero sé que volveré a Palma y diré "¿ya?".